Leo chupaba y masturbaba el sexo de Alicia con pasión sobre la cama. Estaba atada, de modo que no podía moverse ni hacer nada para evitar el gran placer al que la estaban sometiendo. Solo jadeaba, y empezaba a sudar del calor, a pesar de que el ventilador estuviese encendido. Los jadeos envolvían la cruda canción de Black Metal que sonaba en la habitación en aquel momento. Los fabulosos riffs de guitarra eléctrica distorsionada al máximo y los ''blast beats'' de las baterías excitaban la mente de Leo, fulminándola con una poderosa voz gutural aguda. El grupo que sonaba en la sala era Emperor, y una canción de sus primeros trabajos ''I am the Black Wizards''. Leo había grabado un CD con diferentes canciones de distintos grupos de Black y Death Metal.
Había llegado el momento, Leo se acercó a un cajón de la habitación de la chica, lo abrió, y de ahí dentro sacó un preservativo normal. Volvió hacia la cama, donde ella se encontraba atada, y una vez allí, lo abrió y se lo colocó cuidadosamente en su genital erecto. Alicia simplemente lo miraba, como si con la mirada le estuviese ordenando que empezase ya.
La canción cambió, y ahora en el lugar sonaba ''Queen of Winter, Throned'', de Cradle of Filth, una de las cancio-nes favoritas de Leo, de su grupo favorito.
Even a man who is pure in the heart,
and sleeps in prayer by night,
may become a wolf when the wolf's bane blooms
and the Winter moon is high...
Empezó la canción, las primeras palabras habladas, y Leo las repitió motivado. Después hubo una calma...
Oh, listen to them,the Children of the Night,
What sweet music they make...
Repitió también estas palabras, que conseguían motivarle y excitarle al máximo, y movió la cabeza cuando la guitarra volvió a empezar a sonar, y cantó el primer verso mientras sonaba a la vez que excitaba el sexo de Alicia para que se mojase y también excitaba el suyo propio para que se mantuviese erecto.
Iniquitous
I share Carmilla's masque,
a gaunt mephetic voyeur
on the black side of the glass,
peering through the mirror
deep dark and ominous,
consorting themes, demons I wave,
subservience from thee to lost...
Ya está, ya estaba preparado para empezar el acto. Cogió a su chica por las piernas y las levantó, después se acercó a ella, e introdujo lentamente su genital en ella. Un gemido de placer nació por su boca. La música, los inciensos, la luz, el ambiente en general... era la mejor atmósfera que Leo había conseguido preparar en mucho tiempo.
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Juan, uno de los amigos íntimos de Leo, se encontraba en sentado en un banco del parque que estaba situado cerca del instituto. Estaba aburrido, cansado y no sabía que hacer.
A diferencia de Leo, a él no le entusiasmaba el Metal, por el contrario, él escuchaba a sus antepasados, era amante del rock clásico y psicodélico. Le encantaban Steely Dan y Jimi Hendrix. Tocaba la guitarra desde los diez años, por lo tanto ya tenía bastante experiencia, y hace dos años empezó con la batería.
Estaba muy soleado, el calor cansaba mucho más a la gente, pero los árboles estaban repletos de flores y el parque de aves. Incluso había un pequeño estanque con peces pequeños y patos.
-¡Eh, Juan!-llamó una voz a lo lejos. Se giró para ver quien era, y llegó Eva por la entrada del parque.
Ella era algo más baja que Juan, pero tenía el cuerpo de una diosa, muchas curvas, bien dotado, y lo mejor es que se lo cuidaba. Tenía los rasgos faciales muy finos, sin ninguna imperfección, ni un grano, ni un poro... nada. Su cabello llegaba por los hombros, y lo tenía de color castaño con muchas mechas rubias. Sus ojos eran color verde grisáceo. Aunque Juan y Eva tenían sus respectivos amigos, ellos dos eran bastante íntimos, iban al mismo curso, pero no a la misma clase, aunque siempre se encontraban en los recreos. En total habían cuatro grupos de primero de Bachillerato. Ella estaba en el mismo que Alicia.
-¡Oh, hola, Eva!-respondió él, y se levantó del asiento.-¿Qué te trae por aquí?
-¿Qué ocurre?¿Ahora no puedo venir a estar con mi amigo?-dijo cuando llegó, y acto seguido, se sentó en el banco. Juan se volvió a sentar. Bueno, ¿qué te cuentas?
-¿Yo?Nada la verdad, estaba aburrido, de modo que aquí he venido.-se inclinó sobre el banco.
-Sí...-Eva suspiró.-El mundo es aburrido... pero que se le va a hacer, ya que así fue creado y nos tenemos que aguantar.
Hubo un silencio bastante incómodo.
Él realmente sentía algo por ella. Llevaba ya bastante tiempo enamorado, pero nunca se había atrevido a actuar, simplemente, por miedo a ser rechazado, ya que, ¿qué demonios iba a hacer una chica como ella con un chico como él?
-Bueno, en realidad lo que pasa, es que quiero hablar contigo.-empezó Eva, Juan se volvió para mirarla a aquellos verdes ojos.
-Pues... habla.
-Em... Esto... Yo...-enrojeció notablemente. Juan también enrojeció y miró a otro lado del parque para evitar que ella también notase que él estaba enrojeciendo, no sabía por qué.
-¿Sí?-dijo Juan, invitándola a continuar.
Ella estaba claramente nerviosa y sonrojada, claramente por lo que le iba a confesar a él, y le costaba mucho articular las palabras. Él la miraba de forma que no sintiese vergüenza o miedo, con seriedad, aunque inútilmente, ya que ella tenía la mirada posada en otra parte del parque, con la cara totalmente roja.
-Vamos, Eva, no cuesta tanto.
Eva tragó saliva, a continuación le agarró a Juan de las manos y le miró a los ojos, difícilmente, pues le costaba mantener la mirada sobre la suya. Tragó saliva, y empezó a hablar.
-Yo...-tragó saliva de nuevo.-No tiene por qué ser tan difícil, pero soy tonta y simplemente estoy complicando las cosas más de lo que deberían ser. Vale, allá voy...
Juan también tragó saliva, creía que ya sabía lo que Eva le iba a confesar, de modo que el también se sonrojó. Era cierto, realmente estaban complicando la escena mucho más de lo que debería ser, de modo que él habló:
-Yo también tengo que decirte algo, Eva...-tragó saliva y miró a otra esquina.-Más bien, he de hacer algo, si no lo hago, me moriré en mi duda...
Le apretó un poco más las manos a Eva, y acto seguido, se inclinó hacia ella, cada vez más cerca, ella no se apartaba, estaba quieta, y también se inclinó hacia Juan, haciendo que sus labios se juntaran y se fundieran en un romántico primer beso de pareja. Se abrazaron mientras el beso duró, y al separarse se quedaron mirando el uno al otro con una expresión cariñosa.
-Yo... te quiero, Eva.-dijo finalmente.
-Y yo a ti.-respondió, y se abrazaron.
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